Miércoles 21/5/25
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) hace parte de los trastornos del neurodesarrollo caracterizado por patrones persistentes de inatención, hiperactividad e impulsividad que interfieren significativamente con el funcionamiento académico, familiar y laboral. Con una prevalencia estimada del 5 al 7% en niños a nivel mundial, el TDAH constituye una de las razones más comunes de consulta en neuropsicología (APA, 2022). Se ha demostrado que este trastorno está vinculado con alteraciones en circuitos fronto-estriatales, particularmente en regiones como la corteza prefrontal dorsolateral, el cuerpo estriado y el cerebelo (Frodl & Skokauskas, 2012; Cortese et al., 2021).
Los modelos explicativos actuales del TDAH incluyen tanto la disfunción ejecutiva como la desregulación motivacional. Barkley (1997), uno de los autores más influyentes en este campo, propuso que la base del TDAH es un déficit en la inhibición conductual, lo que afecta secundariamente otras funciones ejecutivas como la memoria de trabajo, la autorregulación del afecto y la reconstitución del comportamiento. Aunque este modelo sigue siendo vigente, investigaciones recientes han ampliado la comprensión del TDAH, incluyendo alteraciones en el procesamiento temporal, en la red por defecto y en los sistemas dopaminérgicos (Sonuga-Barke et al., 2019).
Estudios recientes con neuroimagen han identificado patrones de conectividad atípicos en redes cerebrales implicadas en el control cognitivo y emocional. Cortese et al. (2021) realizaron un metaanálisis con técnicas de resonancia magnética funcional (fMRI) y estructural (MRI) que confirma la participación de múltiples redes neuronales, como la red ejecutiva central y la red salience, en la sintomatología del TDAH. Estos hallazgos apoyan la noción de que el TDAH no es simplemente un déficit localizable, sino una alteración en la integración funcional del cerebro.
Desde la intervención neuropsicológica, se reconoce la importancia de intervenciones psicoeducativas y de entrenamiento en funciones ejecutivas. Según un estudio reciente de Halperin et al. (2020), los programas de entrenamiento cognitivo dirigidos a funciones como la inhibición y la planificación pueden generar mejoras sostenidas en el rendimiento académico y la autorregulación emocional, especialmente si se inician en edades tempranas. Asimismo, se destaca la influencia de factores ambientales y epigenéticos en la manifestación del trastorno.
En conclusión, el TDAH en niños y adolescentes representa un desafío complejo que requiere una comprensión multidimensional, en donde la evaluación neuropsicológica nos brinda información importante sobre el perfil cognitivo del paciente, el cuá nos ayuda a comprender si realmente está presentando un diagnóstico de éstos o de qué tipo, además, de aportar herramientas suficientes y necesarias para su intervención
American Psychiatric Association. (2022). Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM-5-TR). APA Publishing.
Cortese, S., Kelly, C., Chabernaud, C., Proal, E., Di Martino, A., Milham, M. P., & Castellanos, F. X. (2021). Toward systems neuroscience of ADHD: A meta-analysis of 55 fMRI studies. The American Journal of Psychiatry, 178(4), 289-299. https://doi.org/10.1176/appi.ajp.2021.20030347
Faraone, S. V., Banaschewski, T., Coghill, D., et al. (2021). The World Federation of ADHD International Consensus Statement: 208 Evidence-based conclusions about the disorder. Neuroscience & Biobehavioral Reviews, 128, 789-818. https://doi.org/10.1016/j.neubiorev.2021.01.022
Halperin, J. M., Berwid, O. G., & Marks, D. J. (2020). Training executive, attention, and motor skills: A neurodevelopmental approach to ADHD intervention. Developmental Neuropsychology, 45(2), 121–135. https://doi.org/10.1080/87565641.2020.1727605
Martes 20/5/25
Los trastornos del aprendizaje, como la dislexia, la disgrafía y la discalculia, afectan significativamente el desarrollo académico de los niños. Estas dificultades, clasificadas dentro de los trastornos del neurodesarrollo, requieren una evaluación neuropsicológica detallada que permita comprender sus bases cognitivas y diseñar intervenciones específicas basadas en evidencia científica actualizada.
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El Deterioro Cognitivo Leve (DCL) es una condición clínica frecuente en adultos mayores, caracterizada por un declive cognitivo mayor al esperado para la edad, pero sin interferencia significativa en la funcionalidad diaria. Su detección temprana permite intervenir oportunamente y prevenir o retrasar el avance hacia formas más severas de demencia.
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